El Farsante

El gato naranja de la vecina vino a instalarse a mi casa, quiero creer que la razón por la que no se vuelve es porque la entrada a su casa está ocupada por perros, seis perros que a la primera advertencia de gatos les sale el instinto más depredador. 

Y llega y se me encima y pide entrar a la casa, insiste y dilata las pupilas haciendo ruidos rasposos de gato enfermo pero no es así. No me lo quito de encima hasta que le doy de comer además de unas palmaditas sobre la cabeza. Pero pide más, por eso lo llamo El Farsante. 

Ni siquiera es afectuoso, tampoco es que espere que sepa comportarse, es puro instinto o vacío de otro vínculo y obtener algo, de pertenecer. Me cofunde, llegó haciéndose la víctima, lo ignoré a sabiendas que mi otro gato pagaría las consecuencias. He intentado todo: la indiferencia, un par de piedritas, le he gritado como desquiciado, rociarlo con agua y simplemente no se va. 

Luego me puse a pensar si no sería una especia de prueba, un karma sobre la balanza para demostrar compasión hacia otro ser vivo, tampoco creo que sea eso, sin embargo creo que me provoca compasión aunque no quiero tener o hacerme responsable de otro ser. Y me desespera: 

-Es que no quiero hacerme cargo de otro michi

-Córrelo, pero dale de comer

-Me caga pero es que pobrecito 

-Bueno ya, te quedas en el patio  pero te olvidas de entrar a la casa 

-Es que ya te escogió, ya es tu gato - no, es de la vecina, que venga por él

-Sólo te hace fiesta a ti 

-Ya no me dejes premios, Farsante

-Es que el gato te está manipulando

No es que tenga nada en contra de u gato, más bien que me desespera la idea de sentirme que no pertenezco, que tengo que buscar, Ustedes disculpen, tengo que darle de comer a los michis. 










Comentarios

  1. Excelente relato de la manipulación de los Mochis o de que cada quien agarra a su... Dueño!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares