Soñé que éramos The Mars Volta (Roulette Dares)
El estudio se encontraba en una casa con un techo muy alto en donde colgaban unas lámparas que formaban triángulos y la luz que salía proyectada era dorada, muy brillante, se podían tocar los hilos que la conformaban si se tenía la suficiente percepción sensorial. Cuando la luz llegaba a las escaleras, parecía formar laberintos interminables. Estaban en una casa con su propia paradoja californiana.
- ¿Sí traes el demo? - preguntó Mendoza, el nerviosismo lo ocultaba mal tras una fina capa de sudor, ese momento en que sabes que el destino se cristaliza en fractales que vibran hasta el infinito.
-Por supuesto, este es el plan: entramos al estudio, le vendemos track por track, así como nos ha dicho que es, Rick va a analizar con lupa cada sonido, si logramos convencerlo podríamos grabar un álbum aquí mismo. - Rafa sacó el cassette y le dijo a Hugo - ¿Tú lo convences o qué?
-Yo me aviento pero tú lo pones - dijo seguro de sí mismo a Rulo que estaba fijo, contemplando el hilo de la conversación y cómo la energía iba convergiendo en un torbellino creativo.
- ¡Aquí viene Rick! - exclamaron los tres - llega en un auto futurista que contrasta con su barba y túnica de yogi de los años setenta, no pierde tiempo y entra al estudio con Hugo, Rafa y Mendoza mientras Rulo se queda en la consola para reproducir las pistas.
Comienza un análisis exhaustivo, cada acorde, cada puente en la batería y riff de guitarra es cuestionado como un ateo a las escrituras sagradas. En cada pregunta hay que regresar la cinta, una y otra vez, hay miedo de pensar que en algún momento se vaya a romper puesto que es la única copia que se lleva.
Rulo ve el semblante de Rick a través del vidrio del estudio: le gusta pero no está convencido, siente las armonías de cada pieza como un terremoto en la misma falla geológica, le gusta sentirlo pero no se anima a dar un veredicto, le falta más, algo que replique ese sismo pero en cada una de sus fibras nerviosas. Se pasa la mano por las barbas, lo medita, han pasado más de cinco horas de escucha hasta que uno de los carretes de la cinta comienza a atorarse, Rulo le mete un lápiz para aflojarla y que el audio se escuche mejor pero el audio comienza a ralentizarse.
Ya impaciente ante el intento de Hugo por comprar tiempo para arreglar el cassette, quien ya agotó todo recurso por mantenerlo sobre la silla, Rick se levanta, su último comentario es "arréglenlo y nos volvemos a ver", pero los cuatro saben que no habrá una segunda oportunidad. Se levanta y sale levitando hacia su automóvil futurista, mucho más rápido de lo que pueden correr para alcanzarlo.
Entonces Rulo saca a relucir habilidades que nunca antes había descubierto: da saltos triples por los pasillos, va como un tigre por las escaleras, corre hasta el estacionamiento pero Rick ya ha abandonado el lugar por lo que corre y de un salto de tornillo cae sobre el toldo del productor.
-Por favor, esto no ha terminado, estamos aquí para convencerte de somos tu mejor opción. Te propongo un doble o nada, aquí. - Rick atemorizado acepta y regresan al estudio que ya ha sido acondicionado para tocar en vivo: Mendoza en la batería, Rafa en los teclados, Hugo en la guitarra, falta que llegue Rulo en la voz. Ya listos con la energía de toda la tierra, el océano, las plantas y los rayos y los animales vibrando en sus cuerpos, comienzan a tocar la última pieza de su cassette. Rick queda impactado desde el primer acorde.
Reproduzca el track para disfrutar.
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