Bienvenida a los muertos

(se prende el incienso y se recorre la casa con estas palabras) 

¡Bienvenidos, familiares, amigos y queridas mascotas!

Entren una vez más a la que fue esta su casa. 

Siéntanse cómodos como alguna vez lo estuvieron. 

Nosotros estamos gustosos de recibirlos. 

Sírvanse, de compartir los momentos que vivimos. 

De las alegrías y las tristezas, las dos partes de una misma fiesta. 

Les pedimos dejar atrás el sufrimiento, soltarlo como agua en el río. 

Enséñenos a vivir el aquí y el ahora pero también sanando el pasado. 

Nosotros somos ustedes. 

Somos momentos... 

somos lo que perdura y el legado...

los que estamos pero en el siguiente instante ya no. 

Todo muere y está bien. 

Sírvanse de compartir el mezcal y el café con pan. 

Protéjanos como un haz de luz cósmico que se proyecta hacia lo infinito. 

Espérenos con un abrazo cálido, aún no, pero llegará su tiempo. 

De perfume de frutas y flores. De copal e incienso. 

Gracias por haber sido, por haber estado. 

Permítanos construir desde el amor. Es lo que pedimos. 

Los amamos.